sábado, 11 de julio de 2009

EL SENTIDO DE URGENCIA
Por Luis Hermann Elizalde


La crisis desatada alrededor del mundo provocada por el virus de la Influenza Humana originó una serie de comentarios por parte de la comunidad mundial, sobre la reacción tardía del gobierno de México para adoptar medidas emergentes que impidieran la propagación del virus en distintos países.

Lo anterior me lleva a una reflexión sobre lo que para los mexicanos significa el sentido de urgencia, y como lo reflejamos en las operaciones diarias de nuestras empresas.

Alguna vez se le preguntó al presidente de una famosa compañía conocida a nivel global, cual había sido un factor de éxito que lo impulsó a la cima de su organización “El sentido de urgencia para que las cosas se realicen”. Esto podría tener una connotación diferente en nuestra forma de ver las situaciones con las que nos enfrentamos cada día en el mundo empresarial de nuestro país. Somos conocidos mundialmente como la gente del “mañana”; pues cuando se nos pregunta cuando quedará listo un trabajo, la respuesta es: mañana.

Curiosamente, el mañana se convierte en más mañanas, de manera que cuando el tiempo está por vencer, requiere doble esfuerzo para sacar los compromisos. Podemos argumentar que siempre estamos sobrecargados de trabajo; pero la realidad es que dejamos la planeación de prioridades para “mañana”.

Si queremos ganarnos el respeto de la comunidad mundial, y evitar maltratos y discriminación por parte de algunos países; tenemos que cambiar nuestra manera de pensar y sobre todo, de hacer que las cosas sucedan.

Observemos que la gente que está transformando al mundo, es gente que tiene ese sentido de urgencia por hacer que las tareas se lleven a cabo sin pérdida de tiempo de la mejor manera posible.

No importa lo inteligentes que seamos; si no tenemos este sentido de urgencia para llevar a la acción las actividades requeridas para lograr la eficiencia que nos permita el grado de competitividad tan urgentemente necesario para nuestra nación, siempre seremos vistos como la gente del “mañana”.

Es una responsabilidad de todo dirigente de empresas o gobiernos, comunicar de manera adecuada este sentido de urgencia a todo el personal bajo su cargo; y la mejor forma es mostrando interés personal por sus proyectos, por su trabajo; monitoreando el progreso de actividades y ayudando en cualquier situación para facilitar el logro de los objetivos acordados.

Algunas personas tienden a moverse de manera más lenta que otros; Revise el plan con estas personas. Pidales que le digan cuando piensan comenzar sus tareas y cuando es el tiempo razonable para terminarlas. Deles seguimiento continuo y mida el progreso realizado. Ayudelos en lo posible para mantener se dentro de los plazos acordados, y muestre su satisfacción cuando ellos logren estos acuerdos.

Algunas otras personas reaccionan de manera más rápida que otras. Disfrutan realizando su trabajo lo más pronto posible y para ellos es un reto completar sus tareas en un tiempo menor a lo planeado. Cuando tenga gente así en su equipo, asegure que usted no es un obstáculo para ellos. Brinde toda su atención inmediatamente cuando le soliciten ayuda. No permita que la frustración los invada al retrasar usted mismo sus decisiones, demasiada burocracia en los procedimientos u otra clase de límites que frenen su movimiento.

Como líderes el interés por que las cosas se realicen en tiempo y forma debe ser genuino, no hay substituto para ello. De lo contrario, si las acciones del líder dan señales de poco interés. Las tareas tardaran en realizarse, o quizá no se realicen nunca.

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