sábado, 25 de agosto de 2012

PROGRAMAS EDUCATIVOS

Por: Luis Hermann Elizalde


     A lo largo de nuestra trayectoria profesional; conocemos individuos con credenciales académicas impresionantes. Lo común en estos tiempos es encontrar prefesionistas con grados de Maestría y hasta Doctorado. Sin embargo; ¿Por qué en el campo de la acción con la realidad muchos de estas personas no destacan en lo que a solución de problemas y mejora de procesos concierne?

     Misterios de la Vida, podríamos decir. Pero en mi opinión muy personal, estoy convencido que hay algo en nuestro sistema educativo, desde la educación básica de nuestras escuelas, que no cumple el propósito final con el que todo individuo debería desarrollar.
    Las escuelas se han limitado a saturar al estudiante con información para su memorización o por el solo hecho de que así fue diseñado el programa de estudios; y esto incluye también a las llamadas ciencias exactas. Las matemáticas, son enseñadas como algo mecánico y se memorizan fórmulas y se quieren resolver ecuaciones comparando su arreglo matemático con algún otro que se halla visto con anterioridad en clase.

     Nada de esto funciona cuando la vida nos presenta problemas de índole complejo y que requiere de un razonamiento estructurado y lógico. En pocas palabras tener la capacidad de Pensar y razonar. 
     No; no todos saben razonar. He visto en muchas ocasiones a gente bien “preparada” académicamente quedar paralizados o no saber que hacer ante situaciones que demandan un análisis de la situación y por  consiguiente, el desarrollo de una solución que corrija y elimine los factores causales del problema.

     El propósito de asistir a una enseñanza en las aulas; es el de retar al alumno a razonar mediante procesos lógicos estructurados, ya sea para solucionar problemas o para crear y mejorar procesos. Para que socialice; para que aprenda a trabajar en equipo y no en grupo; que sepa que el logro individual no es duradero, si no está alineado con el logro grupal.
     Así no habrá ningún obstáculo en su vida que no pueda superar; ya que estará preparado en lo intelectual y lo emocional para elevarse ante cualquier situación a la que se enfrente.

     Desafortunadamente, nadie nos orienta desde esta perspectiva. Y seguimos “enseñando”  sin explicar al alumno que el verdadero propósito es el desarrollar su habilidad para enfrentarse a la vida.